sábado, 14 de junio de 2008

AFECTO EN LA EDUCACIÓN

COMPLETUD Y NO COMPLEMENTARIDAD

Líneas psicopedagógicas para pensar la prevención del fracaso escolar...

Miguel Donayre Benites

Podríamos comenzar este articulo, definiendo EL AFECTO, indefectiblemente deberíamos recurrir para ello a una lógica conceptual, o sea recorrer un camino desde el presente hasta ubicar en el pasado, una situación en la que hayamos percibido afecto. Este camino lo transitaríamos utilizando palabras abstrayendo todos los significados que no sean AFECTO y una vez posicionados certeramente en la sensación, compondríamos una definición utilizando códigos socialmente compartidos. De esta manera estaríamos en condiciones de enunciar ciertas cualidades y características particulares de la sensación, podríamos agregar algunos ejemplos para facilitar la interpretación y tal vez citaríamos a algunos autores que hayan estudiado el tema, nuestra conclusión seguramente se vería influenciada por algún paradigma o estructura esquemática de análisis.

Difícilmente podamos de esta manera transmitir a otras personas una descripción de la magnitud verdadera del fenómeno afectivo.

Cuando se intenta definir EL AMOR nos encontramos en una situación similar, tal vez los poetas han sido mas exitosos que los científicos. A ambos los distinguen las diferencias metodologías utilizadas. El científico usa la lógica para explicar los fenómenos, los poetas en cambio utilizan la alógica, que es una instancia paralela entre lo lógico y lo ilógico, apelan a la emoción como recurso.

Si fuese nuestra necesidad definir un objeto concreto cualquiera, las herramientas idiomáticas, serian suficientes para alcanzar una idea adecuada del mismo. Incluso contaríamos con la posibilidad de hacerlo sensible a algún sentido.

La emoción es científicamente comprobable ya que provoca en las personas cambios físicos observables y comprobables (aumento de las pulsaciones y presión sanguínea, aparición de lagrimas disfunciones respiratorias, etc.)

La emoción es real y concreta, es un puente de evocación entre el pasado y el presente.

EL AFECTO es alógico, emoción simple, arcaico, común a todos los humanos, es instintivo.

El concepto es lógico, complejo, compartido culturalmente, estructurado, pactado, existe en las comunidades de animales desde siempre, es lo que permite asegurar la crianza hasta la autosuficiencia. Particularmente en el humano, que tal vez sea el único animal capaz de conceptuar y abstraer, primero aparecen las emociones, se instalan luego el niño continua con su desarrollo encefálico, hasta encontrarse en condiciones de asociar determinados objetos o situaciones con fonemas o palabras, en un futuro inmediato, esto le permitirá tener acceso al lenguaje.

Las palabras serán los vehículos que utilizara para evocar objetos ausentes, o remitir a situaciones pasadas, futuras y presentes.

En la génesis humana, primero existen las emociones y luego las palabras, primero el instinto y luego la lógica

Antes del desarrollo del lenguaje, los homínidos vivían en la inmediatez, no poseían capacidad de evocación, solo obedecían a sus emociones, las mismas les permitió procrearse, alimentarse y continuar existiendo a partir de la protección de sus crías.

Cuando intentamos definir EL AFECTO recurrimos a una reedición de la primera sensación de afecto experimentada. Cada vez que nos emocionamos hacemos referencia a una situación primitiva, anterior a nuestro lenguaje. Surge una pregunta: Como podemos recordar algo que sucedió antes de la adquisición del lenguaje, lo hacemos utilizando un circuito paralelo a la memoria lógica conceptual, el circuito de la memoria emocional. Cualquier hecho importante que haya sucedido produce una impronta o marca que queda inscripta como huella permanente. Cuando intentamos conceptuar una impronta, debemos realizar la traducción de una sensación a un código.

Una situación parecida ocurre en los sueños, en la que intentamos traducir una fantasía inconsciente a una realidad consciente. Es imborrable y se encuentra a disposición en todo momento.

El niño inmediatamente después del parto recibe una serie de sensaciones dolorosas (la luz intensa, el sonido excesivo, etc.) compondrá la sensación de muerte, que quedara grabada en su cuerpo en forma de emoción, en esos momentos alguien se acercara a el para brindándole afecto a través de la aproximación de su cuerpo, de esta manera las sensaciones de muerte y afecto se contrarrestaran a lo largo de toda su existencia.

EL AFECTO, es una huella permanente a la que recurrirá cada vez que deba disipar sensaciones de temor y angustia.

Esta sensación de protección no es solamente necesaria, es imprescindible para el desarrollo de un individuo y una sociedad sana. Las personas no pueden desarrollarse sanamente en ambientes de violencia habitual y desprotección instalados.

Un niño puede explorar (investigar) su entorno, solamente si cuenta con la seguridad de que algún adulto lo esta protegiendo, debe tener la sensación de que nada malo podrá sucederle, porque cuenta con la protección de sus mayores, aun estando estos ausentes. El AFECTO genera seguridad que es indispensable para el logro de la autonomía.

En lo social el AFECTO es la continuación de las experiencias personales reconfiguradas y dinamizadas por los efectos del grupo y la cultura circundante, se produce siempre con otro, con uno y el grupo, entre distintos grupos y comunidades.

Las personas realizan continuos esfuerzos para lograr un equilibrio entre las nuevas experiencias de exploración y el temor a lo desconocido, entre los miedos se incluyen las relaciones interpersonales.

APRENDER ES UNA DISYUNTIVA ENTRE EL ATAQUE Y LA FUGA

Aprender es el desequilibrio que se genera en un individuo, cuando el mismo decide cambiar una situación inicial de desconocimiento por una oportunidad de explorar y dominar lo nuevo. Esta decisión tiene dos salidas, huye de esta oportunidad y queda equilibrado sin el nuevo conocimiento o embiste lo desconocido, explorándolo, dominándolo, aprendiéndolo. Esto produce una reequilibración. Lo desconocido genera temor, que se manifiesta en forma de una sensación arcaica, remitimos en forma de emoción al primer temor, al temor a la muerte, si el niño si no es asistido, y afectivizado sentirá que su muerte es inevitable) deberíamos remitir al AFECTO para contrarrestar el miedo.

En la escuela, los maestros y profesores deberían continuar generando oportunidades de exploración brindando afecto en forma continua y sostenida para que los alumnos puedan superar el miedo a lo desconocido, para propiciar los deseos de investigar, desde una postura adecuada entre la oportuna intervención y el respeto por los tiempos personales y grupales.

El afecto en la educación no es solamente necesario, es imprescindible, no es complemento de un proceso, es el ámbito donde se desarrolla el proceso de aprendizaje.

La urgencia es transformar la escuela en un lugar emocionante, de encuentro con la curiosidad, un ámbito de juegos de resolución de misterios.

La finalidad de la escuela debe direccionarse al fin supremo, la felicidad, formando personas que tengan predisposición a investigar los nuevos y dinámicos escenarios provenientes del desarrollo de las complejas tecnologías.

Existe la necesidad de transformar la escuela en un ámbito de afecto, para poder llenar la necesidad de un aprender deseoso y sostenido, que contrarreste un contexto de extrema hostilidad, concebido por la alta competitividad laboral y una agresión sociorrelacional instalada.

Miguel Donayre Benites

Citas Bibliográficas:

El terror al examen. Daniel Goldman, Nueva York ,1985.

Psicología y Pedagogía, Jean Piaget, Ed, Ariel, 1991.

Pediatría, Juegos y Psicoanálisis, D.W.Winnicott, Edit. Almagesto,Bs As 1999.

Introduction a Melanie Klein, Hanna Segal, Ed. Paidos,Bs As ,1999.

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