Las evaluaciones de la capacidad de Producción de textos están constituidas por una serie de ejercicios en los que la alumna no sólo ha de manifestar haber adquirido unos determinados conocimientos en las materias específicas cursadas en la Educación Secundaria, sino también haber desarrollado aceptablemente las capacidades comunicativas de compresión y expresión. Y puesto que dichas evaluaciones tienen un carácter fundamentalmente escrito, la expresión escrita de la alumna se convierte en un factor determinante para exteriorizar el bagaje de conocimientos que han ido conformando su formación intelectual. Y es que la capacidad de redactar bien presupone una cierta habilidad reflexiva para ordenar el pensamiento según una estructura discursiva que responde a exigencias de orden lógico y gramatical; e implica, igualmente, un dominio efectivo del lenguaje para poder expresar de modo personal, con coherencia lógica y corrección, todo tipo de contenidos, ideas, experiencias, sentimientos... Es, por tanto, necesario, contemplar los ejercicios como “composiciones de carácter reflexivo que exigen una cuidada expresión escrita”, y en las que se pueden valorar elementos tan dispares como los siguientes: la capacidad para sintetizar la información, rehuyendo la paráfrasis y sabiendo diferenciar las ideas principales de las secundarias; la capacidad para vertebrar orgánicamente la información, concatenando coherentemente las ideas; la capacidad expresiva y la corrección idiomática (contra la que atentan la falta de propiedad en el uso del léxico, las construcciones gramaticalmente inaceptables o incorrectas, así como el deficiente empleo de la ortografía), etc., etc. Y para facilitar a la alumna la posibilidad de evaluar sus propias producciones escritas -como ejercicio necesario, previo a la realización de las diversas evaluaciones, ofrecemos a continuación tres baremos/escalas para la valoración de composiciones escritas, de los que son autores Víctor García Hoz, Juan Iglesias Marcelo y Remondino (escala recogida por G. De Landheere), respectivamente. A la citada información sigue nuestra propia escala de valoración, construida precisamente para mejorar el “rendimiento escrito” de la alumna en unas evaluaciones en las que tiene que demostrar, además de conocimientos, el nivel de madurez personal alcanzado. Baremo para puntuar una composición. (Víctor García Hoz) Uno de los procedimientos para apreciar la composición escrita consiste en establecer previamente un sistema de puntuación que nos permita expresar el valor de las composiciones examinadas analíticamente. Tres puntos de vista fundamentales han de tenerse en cuenta para apreciar una composición escrita: la continuidad, la estructura y los elementos mecánicos que entran en la composición. Cada uno de estos tres puntos de vista incluye dentro de sí diferentes aspectos de la composición, que habrán de ser tenidos en cuenta al calificar un trabajo escrito de los escolares. El baremo que a continuación se describe está inspirado fundamentalmente en el trabajo expuesto por Schonell en su libro sobre las dificultades y retrasos en las materias básicas de la enseñanza. El baremo comprende los tres puntos de vista mencionados y, dentro de cada uno de ellos, los varios aspectos que deben tenerse en cuenta en una composición. | BAREMO | A. Contenido | 1. Claridad del pensamiento 2. Continuidad del pensamiento 3. Sistematización de las ideas | B. Elementos expresivos | 4. Vocabulario usado 5. Variedad de las frases 6. Viveza de la exposición | C. Estructura | 7. Corrección de las oraciones 8. División en frases o periodos dentro de la unidad general | D. Aspectos mecánicos | 9. Ortografía 10. Puntuación | La técnica para apreciar una composición escrita consiste en examinarla teniendo en cuenta todos y cada uno de los diez aspectos que figuran en el baremo. Cada aspecto se calificará con una nota de 1 a 5; 1 cuando esté muy mal, 2 cuando esté mal, 3 cuando esté regular, 4 cuando esté bien y 5 cuando esté muy bien la composición en el aspecto que se examina; con estas puntuaciones, la nota máxima de una composición será 50, porque son 10 los aspectos y se puede calificar cada uno hasta 5. Los distintos puntos de vista quedan suficientemente ponderados, porque resultan 25 puntos de máximo para el contenido, 15 para la estructura y 10 para los aspectos mecánicos de la composición. (Cfr.: “La composición escrita”. En Manual de tests para la Escuela. Editorial Escuela Española). Criterio de las puntuaciones ponderadas. (Juan Iglesias Marcelo) Pretender una evaluación estrictamente objetiva en una actividad como la de la expresión escrita es una ilusión; en todo caso, habrá que fundamentarla sobre la estimación personal del maestro, pero contrarrestando sus posibles desviaciones mediante la aplicación de un esquema o guión analítico, que permite reducir la variabilidad de las calificaciones. Proponemos, pues, una valoración analítica estimativa de los ejercicios de redacción. <...> Entendiendo que en el ejercicio de expresión escrita concurren factores muy diversos y de desigual importancia, hemos adoptado el criterio de las puntuaciones ponderadas, que permite asignar a cada factor un peso distinto en la puntuación total. Nuestro esquema es: 1. Presentación. (Limpieza, márgenes, legibilidad de la letra, etcétera.) Estimación de 0 a 4 puntos (0, Muy mal. 1, Poco. 2, Aceptable. 3, Bien. 4, Muy bien). Coeficiente de ponderación: 1. 2. Signos de puntuación (acentos, guiones, comas, puntos, etc.). Estimación de 0 a 4 puntos. Coeficiente de ponderación: 1. 3. Ortografía. Estimación de 0 a 4 puntos. Coeficiente de ponderación: 1. 4. Vocabulario (variedad o monotonía, corrección o incorrección, propiedad o impropiedad en el uso de palabras). Estimación de 0 a 4 puntos. Coeficiente de ponderación: 2. 5. Construcción de oraciones (corrección sintáctica, variedad o monotonía de nexos, claridad en lo que se dice). Estimación de 0 a 4 puntos. Coeficiente de ponderación: 2. 6. Contenido expresado (orden de las ideas, repeticiones, ideas superfluas, lagunas, concatenación lógica del conjunto). Estimación de 0 a 4 puntos. Coeficiente de ponderación: 3. La aplicación de este esquema valorativo permite obtener una escala de puntuaciones de 0 a 40 puntos. (Cfr.: “La redacción”, capítulo 3 de “La expresión escrita”, tercera parte de la obra Didáctica de la Lengua en la EGB; obra de la que son también autores Adolfo Maíllo García: “La enseñanza de la lengua”; Ambrosio J. Pulpillo Ruiz: “Enseñanza de la lectura”; y Arturo Medina Padilla: “El aprendizaje de la Gramática en la EGB”. Editorial Magisterio Español). Aspectos para valorar en una composición escrita. Escala de Remondino 1. Legibilidad. 2. Estética. 3. Presentación. 4. Exactitud de la ortografía. 5. Exactitud morfológica. 6. Exactitud sintáctica. 7. Estructura de la expresión. 8. Riqueza de las ideas. 9. Pertinencia de las ideas. 10. Precisión de la información. 11. Exhaustividad. 12. Concisión. 13. Propiedad en el lenguaje. 14. Estilo. 15. Originalidad. 16. Madurez. 17. Imaginación. Análisis factorial sobre la escala de Remondino • Presentación gráfica: Elementos 1, 2 y 3. • Uso del lenguaje: Elementos 4 a 6, 13 y 14. • Contenido y organización de la exposición: Elementos 7 a 11. • Aspectos personales del fondo: Elementos 15 a 17. (Recogido por G. De Landheere. Fuente: Ramón Pérez Juste, Diagnóstico, evaluación y toma de decisiones. Editorial Rialp). Indicadores para valorar las producciones escritas de las alumnas. (Miguel Donayre Benites) 1. Aspectos mecánicos • Legibilidad de la escritura. En la legibilidad de la escritura intervienen factores tan diversos como los que seguidamente se relacionan: 1. La evitación de posturas inadecuadas, tomando correcta mente el instrumento para escribir y manteniendo el cuerpo y el papel en la posición debida. 2. La claridad en la representación de las letras, dándole a cada una su forma característica. 3. La uniformidad en el tamaño y en la inclinación de la letra. 4. El adecuado espaciamiento entre letras, palabras y renglones: ni escaso, ni excesivo, ni desigual. 5. La correcta alineación de las letras, de modo que no queden por encima o por debajo de la línea normal de escritura. 6. La presencia de ligamentos entre las letras y sílabas que conforman las palabras. Por otra parte, el aumento progresivo en la velocidad de la escritura deberá efectuarse de manera tal que no vaya en detrimento de la legibilidad de la letra o de la comprensión del contenido del escrito. • Corrección ortográfica. Es necesario mantener el convencionalismo ortográfico, tanto en la representación gráfica de los sonidos y en el uso de la tilde, como en el empleo adecuado de aquellos signos de puntuación que eviten ambigüedades en la interpretación de lo escrito. El uso de abreviaturas se ajustará a la normativa académica. • Presentación. El mantenimiento de márgenes, el uso moderado de determinados elementos de realce (como subrayado, empleo de letras de diferente cuerpo y formato, etc.), y la observancia de una esmerada limpieza -evitando, en la medida de lo posible, tachones- hace más atractiva la presentación de un ejercicio y favorece su mejor lectura (e, incluso podría propiciar una mejor calificación). 2. Contenido • Claridad y continuidad del pensamiento. Cuanto se escriba debe resultar fácilmente inteligible; y ha de estar convenientemente organizado para no perder el hilo o para no irse por las ramas, lo que implica que han de evitarse las repeticiones innecesarias, los circunloquios retóricos, las lagunas incoherentes... • Desarrollo de la información en razón de la mayor o menor importancia conceptual de las ideas. La extensión en el desarrollo de las ideas guardará relación directa con el valor jerárquico de las mismas. • Ampliación del lenguaje verbal con elementos icónicos. La expresión verbal puede enriquecerse con dibujos, diagramas, tratamiento estadístico de la información si procede... o cualesquiera otros recursos de naturaleza plástica que ayuden a hacerla más comprensible. En tales casos, deberá existir una perfecta interacción entre los elementos verbales e icónicos. 3. Estructura • Vertebración de la información. Una información bien organizada debe poner de manifiesto, al menos, cuáles son sus partes y cómo se relacionan; cuáles son las ideas principales, cuáles las secundarias, y qué relación guardan éstas con aquéllas. • El parágrafo como unidad estructural. La sistematización de las ideas puede lograrse dividiendo la información en parágrafos -separados por el punto y aparte-, pero procurando que todos estén ligados por una “visión de conjunto” que convierte, así, el escrito en una unidad total de comunicación. 4. Elementos expresivos • Empleo de un léxico rico y variado, apropiado, preciso, correcto, y perteneciente al registro culto de la lengua. En el uso del léxico deberá rehuirse la pobreza y monotonía, y evitarse el empleo de vulgarismos, regionalismos, voces jergales y expresiones que supongan cualquier tipo de discriminación -social, racial, sexual...- Y se procurará adecuar las palabras al contexto; se buscará la concisión y exactitud rigurosa; se incorporarán aquellos extranjerismos que resulten necesarios; e incluso se hará uso de los tecnicismos que procedan. • Corrección y variedad de construcciones sintácticas. Desde el punto de vista sintáctico, se respetarán las concordancias -evitando los anacolutos- y se tenderá a la variedad de nexos y frases, en busca de una mayor viveza expresiva. Pero se procurará evitar el uso abusivo de gerundios -muchas veces incorrecto y responsables del retoricismo del estilo-, así como de las proposiciones de relativo, que en ocasiones delatan la incapacidad para la adjetivación. Calificación Cada uno de los diez indicadores se valorará entre 0 y 5 -desde muy mal hasta muy bien, con calificaciones intermedias-. Consideramos que con el instrumento de evaluación y calificación que hemos diseñado -y que permitiría alcanzar una puntuación de 50, en el caso de que a los 10 factores considerados se les asignara una puntuación de 5- se ponderan adecuadamente elementos relativos al contenido y la organización del mismo (apartados 2 y 3, con cinco indicadores en conjunto), así como a los aspectos expresivos y puramente mecánicos (apartados 4 y 1, con otros cinco indicadores en total). |
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