sábado, 14 de junio de 2008

EL ANÁLISIS DE LA CONVERSACIÓN

Miguel Donayre Benites
I.E.P. “San José” Ica Peru


A) INTRODUCCIÓN

Lentamente va cobrando importancia dentro del aula el estudio y análisis de la lengua oral. Para ello es indispensable superar algunos inconvenientes: de una parte, el peso de nuestra tradición escolar reciente, en la que escasa o nula atención han merecido los usos hablados; de otra, la incertidumbre de abordar un tema cuyos contenidos no están claramente definidos y secuenciados, circunstancia que exige un esfuerzo especial para los profesores. Además, no hay que olvidar la dificultad que encierra evaluar las actividades de lengua oral, lo que induce a considerarlas muchas veces inútiles, por la imposibilidad de traducirlas a una nota.

Distintos caminos podría tomar la reflexión sobre el análisis de la lengua oral en el aula. Así, por ejemplo:

- el análisis de los elementos paralingüísticos que acompañan al habla: volumen, elocución, ritmo, tono...

- la observación y comentario de frecuentes huellas de la oralidad en los escritos de los alumnos (expresión de la 1ª persona por medio de la 2ª, muletillas, anacolutos, discordancias, etc..)

- las relaciones entre actividades de lengua escrita- lengua oral, en lo que a destrezas discursivas se refiere: descripción, narración, exposición, argumentación.

- el reflejo de la lengua oral en el texto literario: diálogos novelísticos, textos dramáticos.

Sin embargo, ofrecemos una propuesta de trabajo menos habitual, aunque no por eso menos sugerente: el análisis de la conversación. Se trataría de un planteamiento apropiado para alumnos de un nivel de estudios avanzado (algo equivalente al 1º de Bto. LOGSE), ya que se precisan ciertos conocimientos lingüísticos y capacidad para aplicarlos.


B) OBJETIVOS

Los objetivos que se proponen a continuación abarcan un amplio campo de interés, pues afectan a la lengua oral en particular y a la reflexión lingüística en general:

OBJETIVO 1. Descubrir que los complejos mecanismos de la lengua no son exclusivos de los textos escritos.

Participar en la conversación exige llevar a cabo un conjunto de operaciones complicadas. Cuando escuchamos es preciso retener en nuestra memoria lo que dice el interlocutor desde que empieza su turno de palabra; relacionarlo con la información que tenemos en la memoria(es imposible entender las cosas totalmente nuevas) ; interpretar no lo que dice sino lo que quiere decir. Por otra parte, hablar nos exige construir un significado a partir de un proyecto inicial, el cual se desarrolla mediante la elección de unas unidades lingüísticas, que se colocan en un orden determinado, frente a otras elecciones o disposiciones posibles.

OBJETIVO 2. Hacer evidente que la conversación es un texto con tema y estructura.

Es habitual considerar sólo como texto el escrito. Sin embargo, el oral, y en este caso la conversación, también es un conjunto de piezas lingüísticas articuladas entre sí. Evidentemente, la conversación, como cualquier otro tipo de texto, tiene un tema dominante y una estructura determinada, aunque flexible.

OBJETIVO 3. Incidir en el concepto de "adecuación" frente al de "corrección".

En función de la situación comunicativa que se establece es preciso elegir unas formas lingüísticas y rechazar otras, sin que ello implique que las rechazadas sean incorrectas. Cuando la elección llevada a cabo es impropia se generan usos poco adecuados y, por consiguiente, desafortunados, que van de la cursilería a la grosería, pasando por la torpeza o la ignorancia.

El concepto de adecuación puede observarse en la selección del léxico, apropiado para una situación, pero no para otra.

OBJETIVO 4. Reflexionar acerca de las características de la lengua coloquial.

En la lengua coloquial los usos que se desvían de la norma son abundantes y muchas veces imprevisibles. Si por ejemplo, se propone analizar sintácticamente un fragmento, con rapidez surgen los problemas, ya que las estructuras oracionales difícilmente se acomodan al esquema básico: sujeto-predicado. A pesar de la ausencia de unos principios rígidos, es posible observar unas tendencias generales que originan muchas de las estructuras morfosintácticas coloquiales.

OBJETIVO 5. Adquirir conciencia de las distintas estrategias estilísticas y retóricas que se emplean en la conversación.

La estilística y la retórica no son patrimonio exclusivo de la literatura. El estilo es elección, que en la lengua hablada debe más al deseo de expresividad que al de belleza. Aunque a primera vista no parezca cierto, en la lengua coloquial abundan mucho más de lo que se piensa las expresiones figuradas. De otra parte, también ha de considerarse que la retórica tiene mucho que ver con estrategias de persuasión y que el hablante trata muchas veces de ser persuasivo eligiendo y disponiendo las formas lingüísticas de la forma más rentable para sus intereses.

OBJETIVO 5. Captar las relaciones entre el lenguaje verbal y no verbal.

Si se observara una conversación sin que pudieran oírse las palabras, siempre podríamos extraer alguna consecuencia a partir del comportamiento gestual de los hablantes: nerviosos, pacíficos, inexpresivos, sobrios, excesivamente gesticulantes, con miradas huidizas, manteniendo la mirada... Si por el contrario sólo pudiéramos escuchar el sonido de las palabras habría una parte de información que se habría perdido: la actitud del hablante, el grado de confianza entre los interlocutores. Uniendo lenguaje verbal y no verbal es posible contemplar la perfecta articulación entre ambos: cómo subrayamos las palabras, evitamos su mención, añadimos contenidos emocionales...

OBJETIVO 6. Mostrar el aspecto social de la conversación en cuanto a la relación establecida entre los participantes y el uso de la cortesía verbal.

En la vida social se toma parte de variados tipos de conversaciones, desde las más espontáneas (familia, amigos), pasando por otras más formales (comprar, ir al médico, realizar una gestión administrativa), hasta aquellas en las que existe una subordinación a la autoridad del interlocutor (el jefe, el profesor). Según sea la relación entre los hablantes será preciso aumentar el grado de cortesía, manifiesto en la elección apropiada del tratamiento y del tema conversacional, el esmero en la selección léxica, etc.

OBJETIVO 7. Participar de modo más consciente en los intercambios conversacionales.

La vida social discurre a través del diálogo y el éxito o fracaso en la consecución de nuestros objetivos depende en gran parte de la destreza conversacional. Reflexionar acerca de lo que es oportuno o inoportuno, descubrir las intenciones del interlocutor, o agilizar la forma de expresar u ocultar mejor nuestras intenciones es un aprendizaje importante, que suele desarrollarse al margen de la reflexión lingüística. Sin embargo, pocas cosas tan interesantes para la clase de lengua como poner al servicio del comportamiento social todo un conjunto de nociones lingüísticas que corren el peligro de quedar en meros conocimientos teóricos.


C) CONTENIDOS

c.1. Contenidos generales que deben conocerse previamente, puesto que no son exclusivos del texto conversacional:

* Morfosintaxis: categoría de palabras, formación de palabras, estructura oracional, relación sujeto-predicado, nexos oracionales.

* Registros o niveles de la lengua.

* Los actos de habla

* Propiedades del texto: conceptos de aceptabilidad, adecuación y coherencia.

c.2. Contenidos específicos que precisan exposición:

* Principales rasgos morfosintácticos y léxicos de la lengua coloquial.

* Estructura de la conversación

* El lenguaje no verbal: signos proxémicos, cinésicos y paralingüísticos.

c.3. Contenidos que pueden inducirse tras las actividades:

* el componente social de la conversación:

- la cortesía: ¿cuál ha sido la forma de tratamiento utilizada?, ¿de qué forma el emisor ha comunicado al oyente los contenidos menos agradables?

- el papel que ha desempeñado cada uno de los interlocutores a lo largo de la conversación (dirigir, asentir, participar con igual función)

* la importancia de las características propias de cada interlocutor en relación con rasgos psicológicos, circunstanciales, intereses, etc.


D) ACTIVIDADES

Las actividades pueden basarse en grabaciones que haya seleccionado el profesor o bien en textos orales elaborados por los propios alumnos. En este caso se deben considerar tres etapas:

1ª) Diseño de la actividad atendiendo a:

* El canal utilizado: desarrollo de la conversación en directo; empleo de una grabación sonora o audiovisual que los alumnos han preparado fuera de clase.

* El número de participantes: pareja, pequeño grupo.

* El grado de espontaneidad o imposición, dependiendo de que:

- el tema haya sido prefijado de antemano, aunque el texto se improvise sobre la marcha,

- el texto haya sido escrito por los alumnos, que lo memorizan y representan

* La situación comunicativa elegida por el alumno o establecida con anterioridad por el profesor (por ejemplo, una conversación telefónica; un diálogo entre un viajero sin billete con el revisor; una charla entre hinchas de equipos rivales; un diálogo en que intervenga un vendedor a domicilio...)

2ª) Presentación en clase.

Cuando se trata de un texto grabado es posible repetirlo tantas cuantas veces sean necesarias. Incluso, si se entrega anticipadamente, el profesor puede escucharlo con anterioridad, de forma que oriente mejor el análisis. Si el texto se produce en el acto, se pierden muchos datos, pero se gana espontaneidad y expresividad.

3ª) Análisis por parte de los alumnos que participan en la actividad como observadores, centrando su atención en los rasgos más llamativos del intercambio comunicativo.

- ¿De cuántos temas se ha hablado? ¿Cuál ha sido el tema dominante?

- ¿Se ha adoptado la estructura usual de la conversación: saludos iniciales, orientación hacia el tema, desarrollo, cambio de tema, despedidas o cualquier otra forma de terminar?

- ¿Han sido proporcionales cada uno de los turnos de palabra utilizados? ¿Ha habido hablantes excesivamente locuaces o, por el contrario, parcos en palabras?

- Rasgos lingüísticos más llamativos: muletillas, anacolutos, repeticiones, enunciados incompletos...

- Las elecciones lingüísticas llevadas a cabo ¿han sido las adecuadas a la situación comunicativa?

- ¿Qué actos de habla se han llevado a cabo? ¿Cuál ha sido el acto de habla dominante?

- ¿Cuál ha sido la conducta no verbal de los hablantes en cuanto a gestos, postura, tono de voz, tartamudeos, silencios...?

- ¿Cuál ha sido la función de los participantes:

. ¿quiénes han participado más y quién menos?, ¿por qué?

. ¿hay alguien que dirija la conversación?

4ª) Finalmente interviene el profesor, que recoge todos los datos olvidados y ordena y recopila las observaciones de los alumnos. Esta fase exige la rapidez del profesor para destacar aspectos que han podido pasar desapercibidos.


D) EVALUACIÓN

Hemos dicho que uno de los objetivos prioritarios era, de una parte, aumentar la destreza para captar las intenciones del interlocutor y, de otra, conseguir un mayor nivel de precisión y acierto en la producción los propios enunciados. Así pues, habría de valorarse cuál es la capacidad para reflexionar sobre usos orales cotidianos. Se consideraría secundario evaluar de qué forma los alumnos son capaces de llevar a cabo una conversación.

La evaluación no trataría tanto de una cuantificación global, sino de una valoración cualitativa, que permitiese extraer otra serie de datos. Estos podrían conseguirse mediante las respuestas espontáneas de los alumnos o aquellas que dirigiese en concreto a uno de ellos, observando:

- lo atinado de sus apreciaciones respecto a temas tratados, estructura conversacional, relación de los interlocutores, etc.

- la apreciación de los signos extralingüísticos: proxemia, cinésica, paralenguaje,

- los conocimientos lingüísticos que se dejan entrever a través del análisis: actos de habla, adecuación del léxico, muletillas, indicadores de expresividad...

- la forma oral de hacer el comentario, estimando el grado de precisión, la claridad y la adecuación.

También interesa valorar el grado de interés mostrado en la elaboración del texto conversacional y el grado de participación en el momento de aplicar el análisis. Incluso cabe la posibilidad de encargar un informe individual o en grupo en el que se recojan las características más relevantes de la actividad.

Por otra parte, los conocimientos adquiridos por los alumnos no se pierden necesariamente, sino que se transfieren a otras actividades que se califican con mayor facilidad.

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