sábado, 14 de junio de 2008

Niños y erotismo en la TV: el impacto en la sexualidad infantil

Antiguamente los niños jugaban al doctor en pleno despertar sexual; un juego inocente que contrasta con lo que los especialitas han considerado un fuerte crecimiento en el erotismo de los niños, especialmente en las niñas.

Fuente: Padres OK

Los adultos las visten sexies y provocativas, y hasta las educadoras de párvulos se quejan de la cantidad de juegos sexuales que se dan en los jardines infantiles y colegios.

El fenómeno ha traspasado los límites, llegando a la prensa casos anecdóticos y publicitados como el de unos alumnos que publicaron la lista de sus compañeras en la web y se las ingeniaron para que toda persona entrara y votara si eran o no vírgenes.

Estos sucesos, unidos al incremento en la cantidad de abusos sexuales, pusieron en tela de juicio a la televisión, acusándola de ser la única culpable de un sobre erotismo de la sociedad. Aunque el Consejo Nacional de Televisión dio la alarma sobre el contenido excesivo de erotismo, los especialistas coinciden que es un fenómeno más profundo; un proceso paulatino que se está imponiendo en las sociedades modernas.

Niños objeto

Para los padres este fenómeno despierta una enorme ansiedad. Por una parte, piensan en el riesgo de abuso sexual que pueden correr sus hijos y, por otra, si es posible que tengan sexo mucho antes de estar preparados para ello.

Con respecto al primer miedo, los abusos sexuales no son nuevos. Sin embargo, existen numerosos ejemplos que indican cómo el postmodernismo económico, con su cultura consumista, facilita la emergencia de los abusos sexuales en la forma de prostitución infantil, abusos pedofilicos a nivel extrafamiliar y abusos incestuosos en la familia.

Por las tendencias consumistas de este modelo, los niños y las niñas corren el peligro de ser percibidos como objetos de placer para compensar carencias afectivas y relacionales de los adultos.

Un ejemplo son las imágenes de niños y niñas en actitudes adultas que son utilizadas en campañas publicitarias, que asocian imágenes infantiles con seducción, erotismo y libertinaje. Entonces, surge la pregunta ¿quién es el que está equivocado? ¿La niña que se pone un peto y se pinta los labios porque ve Mekano, o los padres que refuerzan este consumismo llevando a sus hijos a las sesiones de fotos, desfiles de moda y a concursos de baile y belleza?

Erotismo clínico

Mucho se ha publicado sobre la relación que existiría entre erotismo y pubertad adelantada. Sin embargo, ambos fenómenos son muy distintos y no son condicionantes el uno del otro.

Sobre si la pubertad se está adelantado, en el último estudio realizado entre el 2000 y 2003 en 758 niñas provenientes de colegios públicos y privados de Santiago, especialistas del Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI) de la Universidad de Chile y del Hospital Clínico San Borja Arriarán, concluyeron que la aparición del botón mamario o telarquia, se adelantó a los nueve años, mientras que la edad de menarquia o primera menstruación se ha mantenido estable en los 12 años.

Si se compara la situación chilena con la de países como Estados Unidos, se puede concluir que, en términos generales, la pubertad o proceso biológico que permite adquirir la capacidad reproductiva, ha presentado una tendencia generalizada a ocurrir más precozmente.

En ello inciden factores genéticos, ambientales y étnicos, explica la endocrinóloga Infantil del IDIMI, Universidad de Chile y de la Clínica Alemana, Ethel Codner.

Con respecto a la alimentación, el sobrepeso está relacionado con el adelanto en la aparición del botón mamario. “El peso corporal y el grado de sobrepeso determinan una maduración más rápida y un inicio de la pubertad más temprana.

La edad de la primera menstruación, en cambio, no se ha adelantado en los últimos 30 años. Por lo tanto, no se puede plantear que se esté adelantando la menarquia o primera menstruación”, aclara la especialista.

Aunque este estudio no midió los efectos del comportamiento sexual, no demuestra que el adelantamiento de la pubertad sea un factor que indique erotismo precoz. Pero asumiendo que el ámbito psicológico va de la mano con el físico, se puede apreciar que las niñitas de 11 años, que antiguamente jugaban a las barbies, hoy escuchan música y chatean, o les interesa seguir los esquemas de bailes y participar en fiestas con sólo 8 años.

Sexo antes de tiempo

Según Verónica López, psicóloga infanto-juvenil y terapeuta familiar, especialista en maltrato y abuso infantil del Centro de Psiconutrición Nut, el ser humano es una unidad biopsicosocial y, desde esta perspectiva, la televisión con sus programas juveniles y también Internet, pasan a ser referentes de los niños y van quedando en sus recuerdos como ideales de querer ser o llegar a ser, y es así que van adelantando etapas. “Hoy es tan fuerte la presión social de la mujer como símbolo sexual que eso
mismo potencia su desarrollo”.

Respecto a si van a tener sexo antes de estar preparados, Verónica López asegura que claramente se puede acelerar la exploración sexual en la etapa de la adolescencia. “Si existe una pubertad anticipada, sumada a la etapa adolescencia como un inicio al mundo de la sexualidad, obviamente pueden comenzar mucho antes a tener relaciones sexuales”.

En este sentido, existen factores protectores y aceleradores de este proceso. Los aceleradores tienen que ver con el fenómeno de reforzar el erotismo existente en el ambiente ya que el adolescente tiende a copiar conductas si no existen referentes protectores claros.

Pero la profesional hace hincapié en mostrar que cuando se habla clínicamente del erotismo, se refiere específicamente a ciertas conductas, gestos, expresiones y verbalizaciones de los niños que no son esperables para su edad.

“Cuando en clínica se ocupa este concepto, generalmente denota niños o niñas que tiene conductas adultizadas, muy centrados en la parte física, sobredimensionando su cuerpo, resaltando labios, buscando contacto en la boca con otros niños o adultos recurrentemente, falta de límites personales, buscan contacto físico -sin diferenciar su espacio ni los límites personales de otros- sin distinguir si son conocidos o recién los han visto, exponen sus órganos sexuales sin mostrar vergüenza y sin discriminar”.

La especialista explica que estos niños siguen un patrón, es decir, manifiestan un conjunto de síntomas en esta área y se destacan por ellos. Por lo tanto, si las niñas sólo usan petos, minifaldas o se pintan con brillo los labios, no es erotismo, sino más bien puede estar respondiendo a una moda pasajera, más que a una conducta especial.

La psicóloga explica que “cuando esto se suma a verbalizaciones adultizadas sobre temáticas de connotación sexual, versus falta de límites espaciales recurrentemente y falta de cuidado en mostrar sus partes íntimas, se puede hablar de un erotismo precoz”.

El otro peligro del erotismo precoz es que desarrolla en estos niños personalidades muy desequilibradas; esto, según Neva Milicic, “sucede por una preocupación excesiva y gasto de energía en temas que no son propios de la edad cronológica, cuando no se ha desarrollado aún el sistema hormonal y tampoco se ha completado el desarrollo afectivo ni el cognitivo”.

Los niños erotizados buscan proximidad física y contacto sexual recurrentemente y responden a una configuración de naturaleza abusiva.

Según explica Verónica López, al ser erotizados existe otro externo que los erotiza y lo rebaja a la categoría de cosa, por lo tanto, generalmente son víctimas de abuso de adultos o jóvenes mayores, y tienden a buscar este contacto en otros niños o en adultos también.

Padres en alerta

Frente al adelantamiento de etapas, uno de los mayores problemas es la falta de información en la sociedad chilena, aunque la actual generación es mucho más espontánea, comunicativa, curiosa y se siente con más libertad para escoger.

Por desgracia, según Neva Milic, es poco lectora y, por lo tanto, menos reflexiva. Hoy los niños viven la cultura de la imagen, lo que indica que aquello que ven en televisión marca las pautas de lo que se debe o no hacer.

Para Verónica López, la existencia de algunos programas de televisión que se centran mucho en resaltar el cuerpo, la delgadez y la búsqueda de la “perfección física”, son para los niños “modelos de referencia negativos, no desde el aspecto del erotismo, sino más bien en el plano físico ya que les exigen ser delgados y se contrapone a sus propias vivencias.

Esto produce una baja autoestima del preadolescente, por estar muy lejos del ‘modelo de perfección’ que muestra la televisión”. Agrega que si en estos programas existiera diversidad y se destacaran también otros aspectos, más allá del plano físico, no serían tan adversos.

Por otro lado, las niñas y los niños, al tomar a estos jóvenes como referentes tienden a copiar conductas. Pero lo que los padres deben entender que esta copia no tiene muchas veces la connotación que implica para un joven o para un adulto y desde esta perspectiva quedarían mas expuestos ante situaciones riesgosas.

“El niño ve ciertos movimientos como un baile o como una situación normal entre amigos y puede tender a reproducirlas. Es aquí donde los modelos familiares y la comunicación le permiten al niño contrastar lo que ven afuera con lo que está en su entorno”.

El impacto de los medios

Cuando el área familiar, así como los canales familiares de comunicación, no están significativamente presentes y no existen otros referentes principales, existe un mayor riesgo de quedar expuestos a abuso de otros y a ser erotizados.

En este sentido, si un padre le refuerza la conducta llevándolo a un programa de televisión y lo obliga a actuar de adulto para que gane, obviamente estará más expuesto a convertirse en una cosa deseable.

Con respecto a las teleseries, han salido hoy en día seriales para adultos con escenas sexuales bastante explícitas, sin embargo, son exhibidas en horarios después de las 10 de la noche. Para Verónica López, esto no es nada nuevo.

“En general existen horas en que los programas no pueden ser vistos por los niños. Pero lo que sí se da hoy, quizás con mayor intensidad, es el descontrol o falta de límites claros al interior del hogar. Desde una creencia en que las reglas se daban con rigor, se ha pasado a la moda en que los niños pueden ellos decidir las normas; se acuestan a la hora que quieren, los padres llegan cansados de sus trabajos y no ven qué está viendo el niño en la televisión o comunicando en los chat”.

Desde esta perspectiva, los niños quedan más expuestos a ver programas para adultos, y generar inquietudes anticipadas por explorar su cuerpo reproduciendo lo que ven junto a otros.

La profesional es clara en remarcar que esto se da en contextos de negligencia por parte del adulto ya que éste no supervisa y no contiene emocionalmente, sumado a la falta de comunicación.

Así se incentiva a los niños a vivir etapas saltadas, y se los presiona a que crezcan más rápidamente. “Muchas veces los padres buscan a través de sus hijos cumplir lo que a ellos les hubiese gustado hacer, pero eso no comúnmente se asocia a la misma edad”, dice Verónica López, y da el ejemplo de los concurridos concursos de belleza. “Buscamos que nuestras hijos asistan porque son coquetas o bonitas, sin pensar que eso es una necesidad de uno como adulto y no necesariamente del niño o niña”.

Estos casos pasan a denotar una exposición de los niños que amplifican realmente los riesgos a que otros los vean como un medio de satisfacción personal. Por lo tanto, es importante fijar límites en cuanto a horarios y programas que los niños pueden ver, tratando siempre de acompañarlos. Lo fundamental es darse un tiempo cuando se llega a la casa para preguntarles qué vieron en la pantalla y dialogar con ellos, entregándoles contenidos valóricos.

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